El pasado sábado, día de celebración y descanso en Israel debido al sabbat judío, se transformó en una jornada de pesar y tragedia. Lo que debía ser un día de alegría se tornó en un inesperado ataque coordinado por parte de Hamás, marcando un episodio sin precedentes en la región.
Israel ha invertido años en fortificar la barrera que separa su territorio del enclave palestino de Gaza. Sin embargo, en pocas horas, esta formidable defensa fue desafiada y superada por los ataques de Hamás.
La organización militante islamista, catalogada como grupo terrorista por Israel, Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y otras naciones, implementó una táctica sorprendente. A pesar de la avanzada Cúpula de Hierro, el sistema de defensa antimisiles israelí, miles de cohetes fueron lanzados en un breve lapso de tiempo con la intención de saturarlo. Hamás afirmó haber disparado 5,000 cohetes en la primera ronda, mientras que Israel estima que fueron la mitad de esa cantidad.
La magnitud de este ataque sugiere una cuidadosa planificación y acumulación de recursos por parte de Hamás. La ruptura de la barrera fronteriza se efectuó de diversas maneras, desde intentos de sortearla hasta ataques directos y coordinados contra los pasos fronterizos.
En Kerem Shalom, el paso fronterizo más al sur de Gaza, se presenciaron imágenes impactantes de militantes tomando un puesto de control y de soldados israelíes heridos en el suelo. En otros puntos, se observó a militantes sobrepasando la barrera mediante parapentes y embarcaciones.
Lo que distingue esta incursión es la coordinación y violencia con la que Hamás atacó los pasos fronterizos. Imágenes difundidas en redes sociales mostraron explosiones en la barrera de hormigón y militantes armados avanzando hacia los puestos de control, claramente organizados y entrenados.
En cuestión de horas, Hamás logró infiltrarse en territorio israelí a lo largo de la barrera, atacando 27 lugares diferentes. Los ataques se propagaron por diversas ciudades del sur de Israel, incluyendo Ofakim, Sederot y Ascalón.
La situación se volvió caótica, con reportes de secuestros y ataques a civiles. Israel sostiene que 100 personas, entre soldados y civiles, fueron secuestradas. Algunos israelíes fueron tomados como rehenes y transportados a Gaza, mientras que otros sufrieron actos de violencia atroces.
Con la llegada de ayuda a las zonas afectadas en el sur de Israel, el país se encontraba en estado de conmoción. Las interrogantes sobre cómo fue posible esta sorprendente incursión de Hamás serán motivo de debate por mucho tiempo.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró: «Estamos en guerra». Israel enfrenta una situación sin precedentes, y el impacto de este ataque seguirá resonando en la región durante mucho tiempo.