En un acto de violencia que ha conmocionado a la nación, el dirigente político Pedro Briones, figura destacada del partido izquierdista Revolución Ciudadana, fue asesinado el pasado lunes por un impacto de bala en Ecuador. El hecho fue confirmado por miembros prominentes de la agrupación política.
La triste noticia ha avivado la alarma en un país ya sacudido por una ola de violencia sin precedentes. «Ecuador vive su época más sangrienta. Esto se lo debemos al abandono total de un Gobierno inepto y a un Estado tomado por las mafias», expresó la candidata presidencial correísta, Luisa González. En sus declaraciones, González lamentó la pérdida de Briones y lo calificó como una víctima de la creciente violencia que asola al país.
Mediante un mensaje en la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter), la postulante Luisa González resaltó la urgencia de un cambio drástico en la situación actual. Por otro lado, la exasambleísta Paola Cabezas Castillo afirmó que Briones fue víctima de «una bala asesina que acabó con su vida». Hasta el momento, las autoridades no han emitido ningún comunicado oficial respecto a este último incidente, que ha sumido a Ecuador en luto y consternación.
Este trágico acontecimiento se suma a una serie de episodios violentos que han sacudido el país en las últimas semanas. El miércoles pasado, el aspirante presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio fue asesinado en un ataque armado durante un mitin de campaña al norte de Quito. Un día después, la candidata a parlamentaria alterna por la provincia de Los Ríos, Estefany Puente Castro, fue víctima de un atentado en el área conocida como El Club de Leones.
Estos eventos han dejado a Ecuador sumido en un clima de inseguridad y preocupación en vísperas de las elecciones presidenciales, que están programadas para dentro de menos de una semana. La población ecuatoriana y la comunidad internacional observan con creciente alarma la escalada de violencia que amenaza la estabilidad y la paz en el país.
Las circunstancias exactas que rodean estos ataques aún están siendo investigadas por las autoridades, mientras el país se esfuerza por encontrar respuestas y soluciones para detener esta ola de violencia que ha cobrado la vida de destacados líderes políticos y ha generado un ambiente de incertidumbre en el futuro de Ecuador.