Redacción LasPrimicias.com
Fecha: 22 de julio de 2023
La República Dominicana, como país comprometido con la democracia representativa, enfrenta retos en su sistema político que amenazan su estabilidad y credibilidad. Uno de estos desafíos es el transfuguismo por parte de políticos elegidos, lo cual ha generado un impacto negativo en la percepción ciudadana y la gobernabilidad del país.
El cambio de afiliación partidista por parte de los políticos electos ha sido una preocupación creciente en el panorama político dominicano. Cuando los ciudadanos emiten su voto, depositan su confianza en un candidato y el partido que representa, esperando que este defienda sus intereses y principios. Sin embargo, cuando los políticos cambian de partido una vez en el poder, esta confianza se ve traicionada y la legitimidad de la representación democrática se pone en entredicho.
Esta práctica también ha tenido un efecto desestabilizador en la política dominicana. Los cambios de alianzas políticas y lealtades partidistas han llevado a la formación de gobiernos frágiles, dificultando la toma de decisiones efectivas y prolongando crisis gubernamentales. Esta inestabilidad política puede obstaculizar el avance de políticas públicas y la solución de los desafíos nacionales.
Además, el cambio de partido de políticos electos ha debilitado la confianza en los partidos políticos en general. Estas organizaciones son fundamentales para la democracia representativa, ya que representan diferentes ideologías y propuestas políticas. Sin embargo, el cambio partidista ha llevado a una percepción de que los partidos son utilizados como medios para acceder al poder, en lugar de ser entidades que representan una ideología y un programa coherente.
Para abordar este desafío y fortalecer la democracia en la República Dominicana, es necesario tomar medidas efectivas. En primer lugar, se requiere una mayor regulación y transparencia en la política, de manera que los políticos rindan cuentas por sus acciones y decisiones. También es importante fomentar una cultura política basada en la integridad y la coherencia, donde los políticos actúen en función del bien común y no de intereses personales.
La participación ciudadana activa y educada es esencial para fortalecer la democracia. Los ciudadanos deben estar atentos a las acciones de sus representantes y exigir transparencia y responsabilidad en sus decisiones. Asimismo, al ejercer su derecho al voto, los ciudadanos deben hacerlo de manera informada y consciente, eligiendo a políticos comprometidos con los valores democráticos y que se adhieran a los principios partidistas.
En conclusión, los cambios partidistas por parte de políticos electos representan un desafío para la democracia dominicana. Esta práctica debilita la confianza ciudadana en el sistema político y genera inestabilidad en la gobernabilidad del país. Para fortalecer la democracia y garantizar su buen funcionamiento, es necesario promover la transparencia, la ética y la participación ciudadana activa. Solo a través de un esfuerzo colectivo, que incluya tanto a los ciudadanos como a los políticos, se podrá superar este desafío y consolidar una democracia más sólida y representativa en la República Dominicana.